El injerto capilar es el único sistema definitivo para poder combatir la calvicie. Realmente funciona y los resultados a obtener son muy naturales.
Las clínicas que se especializan en ello utilizan tecnología punta en el mercado. Pero, como con cualquier otro proceso, esta tecnología ha tenido que evolucionar, adaptarse a los nuevos cambios para encontrar su propio camino.
Para entender un poco esta evolución, tenemos que viajar en el tiempo hasta el año 1959, momento en el que el doctor Norman Orentreich presenta en la Academia de Ciencias de Nueva York una técnica de injertos a la que denominó Punch, y que tenía por objetivo la reparación de ciertas zonas despobladas de pelo en el paciente.
El problema de este primer proyecto es que creaba resultados poco estéticos, nada naturales. No obstante, fue el punto de partida que se utilizaría a partir de ese momento como fundamentos básicos para desarrollar toda la tecnología que estaría por venir.
Una de las técnicas más demandadas a los expertos capilares actuales es la técnica FUE. Se centra en extraer unidades foliculares desde el área donante de un paciente para después ser injertadas en la zona despoblada (es decir, el área en el que existe la alopecia).
Para conseguir un resultado natural, y evitar que el proceso sea invasivo, se extraen entre 1-4 cabellos a la vez. Requiere de algo más de tiempo que los procesos antiguos, pero merece la pena.
Algunas de las ventajas de utilizar la técnica FUE
·Proceso mínimamente invasivo: Como es una operación de carácter menor, que puede hacerse en tan solo una sesión, no habrá que llevar medidas muy estrictas ni en el pre operatorio ni en el post operatorio.
·Anestesia local: No es necesario que se duerma completamente al paciente para la intervención, sino que tan solo hará falta aplicar sedación local. Por esto, el paciente se podrá ir a casa el mismo día de la intervención.
·Técnica indolora: Otra de las ventajas de la técnica FUE es que es indolora. Es posible que tan solo se sienta un poco incómodo en algunos momentos, pero esta sensación no llegará a derivar en dolor en ningún momento.
·Sin cicatrices: Se extraen unidades foliculares de manera individual, con un proceso poco invasivo. El objetivo de esto es no dejar cicatrices (o bien dejarlas tan pequeñas que serán prácticamente invisibles para el ojo humano).
·Sistema preciso: Antes de empezar con la intervención, el cirujano que se encarga de llevar a cabo la técnica FUE sabrá exactamente la cantidad de unidades de cabello que va a extraer (según lo que desee el paciente). De esta forma, sabremos de antemano los resultados a obtener, no llevándonos ninguna sorpresa desagradable una vez que haya terminado el proceso.
·Sin rechazo: Cómo se usan los propios folículos del paciente, la posibilidad de rechazo y pérdida de sensibilidad en la zona será mínima.
·Resultado natural: Además, se logra un resultado completamente natural.
Ahora ya sabes cómo ha evolucionado el trasplante capilar hasta nuestro presente.